Hoy, la mitad de los kioscos del país está de huelga de periódicos caídos. Se quejan de que les han retirado la posibilidad de venta de tabaco y pierden hasta el 20% de la facturación. Soy comerciante y en principio sé lo que es que te quiten una parte del negocio que haces, pero por otro lado no soy fumador y me importa bien poco, ya que mis visitas al quiosco no tienen el cariz del de un drogadicto que visita a su “camello”. ¿Encontraríamos lógico que los “camellos” se agremiaran y se quejaran de que no les dejan vender su mercancía porque es su medio de subsistencia? La situación es idéntica.
Alguien puede decir que yo no sé lo que estoy diciendo, y que no sé lo que es que te quiten una cuarta parte de tu volumen de negocio, y tendrá razón. Yo solo conozco qué es que te quiten de la noche a la mañana entre el 60 y el 50% de la facturación.
Hace más de 15 años que tengo mi establecimiento, y en su momento lo escogí por su buena ubicación. Estaba en una zona de mucho tránsito de coches y además, en las inmediaciones tenía un ambulatorio. La venta en tienda era más que buena. Sin embargo, un buen día trasladaron el ambulatorio a la otra punta del barrio, con lo cual buena parte de mi clientela dejó de venir, porque al venirles de paso aprovechaban para hacer sus compras en mi establecimiento. Por si fuera poco, al poco tiempo me encontré con que la calle por la que bajaban los coches había sido cortada, desviada y cambiada de sentido, de tal forma que todo el tráfico se desvió a una calle más abajo, dejándome totalmente aislado. Nadie me avisó ni me comentó nada, ni por parte del Ayuntamiento, ni por parte de la Asociación de Vecinos. Nada. Las ventas se desplomaron.
Aquello podía parecer una tragedia por la que luchar hasta la extenuación, pero no lo hice, porque aquí no conocemos lo más importante: el porqué de aquellos cambios. El Ambulatorio fue llevado a unos locales más grandes y más modernos, dado que el local donde estaban antes era un auténtico cuchitril y era auténticamente tercermundista. Por su parte el cambio de dirección y sentido de la calle se hizo debido a que el cruce que me proporcionaba todo el tránsito, era un punto negro verdaderamente peligroso, donde ya había habido desgracias. Total, que aunque me hubiese quejado amargamente, tampoco tenía el derecho moral de reclamar nada, porque ambas cosas eran mejoras ostensibles para el barrio. A mi me fastidiaban bien, pero si por mis quejas el Ayuntamiento hubiese hecho marcha atrás ¿tenía derecho a tener al barrio en malas condiciones simplemente por un comercio? No, evidentemente. La situación había cambiado y me tuve que adaptar con ingenio y no poco trabajo.
Los quiosqueros se quejan, pero recordemos que estaban vendiendo un producto peligroso que no tenía ningún sentido que lo estuvieran comercializando. Porque, puestos a pedir, ¿por qué no piden vender medicamentos? ¿o gasolina? ¿o pan? ¿o whisky? Cada uno puede vender lo que le permite su licencia de venta, y el hecho de ser un kiosco, no implica que hayan de tener derecho de pernada y puedan vender de todo.
El tabaco, aunque sea legal, es una droga y se ha de vender en sitios concretos, los estancos, y no puede estar comercializado como si fuera una vulgar chuchería y al alcance de todo el mundo como hasta ahora. Pero claro, eso de hacer negocio fácil con productos a los que la gente, por necesidad o por vicio ha de caer, siempre es muy goloso.
La ley antitabaco es una auténtica “chufa”, ya que si la cuestión era la de proteger al no fumador, ahora resulta que no existen bares ni restaurantes de no fumadores, de tal forma que si antes podías quejarte de que fumaban, ahora no solo no tomas menos humo, sino que encima ya no puedes ni quejarte, porque sabes donde te estás metiendo (o eso o cenar y comer siempre en casita, claro), pero lo de la distribución de tabaco fuera de los estancos encuentro que está muy acertado.
Puesto que a los quiosqueros les importa una mierda mi salud y parece que se dedicaban a vender diarios como excusa para vender tabaco, pues puestos a joderse, que se jodan ellos, claro.
Yo, ya lo hice en su momento y aquí seguimos.

Esta, encima, compraba el 10 Minutos.